Los turistas y la vida cultural en la ciudad de Boston

Los turistas que llegan a la ciudad de Boston no sólo pueden entretenerse en los diferentes lugares de diversión, sino también ser parte de las actividades culturales de esta ciudad. La diversión y el aprendizaje se conjugan en una de las ciudades más interesantes a nivel mundial.

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Lo mejor es que puede llegar a los diversos atractivos a través del transporte público o simplemente caminando. Para aquellos que prefieren el arte, lo más recomendable es seguir un itinerario y de esa forma conocer los principales museos y galerías. La ciudad de Boston alberga a un total de ocho museos, que dan a conocer la sabiduría del mundo a través de sus diferentes exposiciones y muestras.

El museo Peabody es de ciencias naturales y a simple vista pareciera que se encuentra abandonado. Pero en realidad no es así. Esa apariencia se da porque los animales están embalsamados y tienen ojos de vidrio. En la actualidad, el trato hacia la vida silvestre tiene sus reglas y se debe conservar muy bien a cada una de las especies.

En otros museos es posible encontrar una muestra del famoso tiranosaurio y hasta los documentos y elementos que registran la evolución del cine. Hay algunos que también ofrecen diversas atracciones para los niños. Con relación al tema intelectual, la ciudad de Boston es atractiva por poseer un gran centro de enseñanza y dar a conocer esa historia que une América y Europa.

Usted puede combinar esa actividad con la asistencia a los pubs irlandeses, eventos deportivos o espectáculos musicales. Lo mejor es que todos estos gustos son más baratos que en New York. Si lo que más le interesa es la pintura, no puede dejar de visitar el museo Stewart Gardner. Este es un majestuoso palacio de estilo veneciano y fue construido en base a un patio repleto de plantas florales y esculturas.

Aquí es posible encontrar una colección significativa de pintura italiana de la época renacentista. Asimismo, dos obras muy importantes en el primer piso son: “El ómnibus” de Anders Zorn y “El jaleo” de Sargent. Este museo también alberga a la obra de Tiziano, “El rapto de Europa”, y un retablo de seis paneles que fue pintado por Simona Martini.

Mucho no se conoce acerca de los promotores de este tipo de escenarios culturales. En este caso, Isabella Stewart Gardner fue la encargada de coleccionar las primeras obras que hasta hoy en día se conservan. Fue una mujer que tenía una voluntad muy altruista y una visión sorprendente de la importancia cultural.

Ella trabajó en la elaboración del diseño del edificio y dispuso de qué forma se colocarían las obras. La orden fundamental fue que nada se modifique después de su muerte. Lo cierto es que esa disposición fundamental no se cumplió. En 1990, el museo sufrió un robo y se perdieron tres obras de Rembrandt y una de Vermeer, entre las pérdidas más importantes.

Actualmente, en la sala de holandeses (donde pertenecían esas obras), claramente es posible apreciar los marcos de las pinturas en su lugar, como si estuvieran ausentes de forma temporal. A pesar de ese hecho, el museo sigue siendo muy visitado. Salir de compras es otra actividad que puede realizar a cualquier hora del día. Una de las calles más comerciales es Newbury Street.

Usted puede acceder a numerosas tiendas, peluquerías, restaurantes y galerías de arte. Lo más destacable son las pinturas semi abstractas con polluelos que pertenecen a Laurel Hughe. Él sabía de la grandiosidad de estas aves, que de simples animales de corral podían llegar a ser aves muy bellas. Las pinturas se exponen en la galería Nielsen.

En la galería NAGA, sobresale la obra multimedia de Esther Solondz. Esta se encuentra al interior de una iglesia y, junto a las pinturas de Paul Shakespeare en la galería Howard Yezerski, son obras que usted no puede dejar de apreciar. A sólo 25 kilómetros de Lincoln se encuentran el museo De Córdova y el Parque de las Esculturas.

Ambos dan a conocer el arte contemporáneo.

En estos dos lugares resaltan las siguientes obras: “Los dos corazones negros grandes” de Jim Dine, esculpido en bronce y con una altura de 3,5 metros; “La Venusvine” de Richard Rosenblum, también elaborada en bronce; y la cabeza en bronce de “Jhon Wilson Presencia Eterna”. Al interior del museo destacan la pintura y collage “Sol Invisible” que pertenece a Adam Cvijanovic y las esculturas de Olezko.

Otro museo es el Fogg Museum, uno de los más importantes de Harvard y que muestra las obras de los grandes Picasso, Gogh, Monet y Rendir. Asimismo, se expone un cuadro de Jacob Lawrence, que lleva por nombre “Struggle”. El museo “Busch-Reisinger” es perfecto para los que prefieren el expresionismo alemán.

Aunque es uno de los más pequeños, la colección que posee es realmente grandiosa. Max Beckmann ocupa un lugar muy importante, ya que aquí se expone su autorretrato en smoking; Ernest Barlach y sus esculturas viscerales; y la obra de Ksthe Kollwitz, la escultura en bronce “The Peace of His Hands” (Descansa en la paz de sus manos). Por más que a usted no le interese mucho el arte, se seguro se sentirá atraído por cada una de estas magníficas obras.

Viajar a la cuidad de Boston resulta una convivencia extrema con el arte. 


Además, le permite aprender acerca de las características y la historia de cada una de las obras. Y, si desea seguir recorriendo la ciudad, la Charles Street es una de las calles más importantes.

Exactamente se ubica entre el Common Park y el Public Garden. Es interesante si a usted le gusta ir deambulando por diversos lugares y curiosear en las tiendas de antigüedades, las casas de decoración y las dulcerías. Lo cierto es que todo cuesta, pero los precios no son muy caros.

Por ello, usted siempre se animará a disfrutar de algún postre o comprar un artículo de decoración. A unos cuantos metros se encuentra la Trinity Church, iglesia que ofrece una vista espectacular de la ciudad y se refleja en la John Hancock. Esta iglesia es una mole vidriada con un observatorio y está muy cerca de la Newbury Street.

Una de las calles más aristócratas de Boston y que se origina en el Common Park. En esta calle también se encuentra el Ritz Hotel, tiendas de antigüedades y establecimientos comerciales. En esta zona la mayoría de las casas son de madera.

A pesar de que han transcurrido aproximadamente más de 200 años desde su construcción, lo increíble es que muchas de estas casas aún conservan las instalaciones eléctricas que datan desde que los tranvías funcionaban gracias a los caballos. La oportunidad perfecta para conocer las primeras actividades de los pobladores bostonianos.

Muy cerca de la Plaza del Correo se encuentra el Barrio Financiero. Aquí destacan las enormes torres de cristal sobre las calles estrechas, que hace algún tiempo fueron las rutas para el transporte del ganado. Para dar paso a la modernidad, muchos edificios del siglo XIX han sido remodelados y están acompañados por las construcciones de hoy en día.

Entre los atractivos naturales destaca el Jardín Público. Un lugar en el que las plantas de bulbo están en pleno desarrollo y las magnolias crecen adheridas al suelo. Esto ocurre aproximadamente por una semana y en abril es fácil apreciar a los botes en forma de cisne cruzar el lago de este jardín. Las mansiones también reflejan tradición y cultura.

Unas muy populares son las de Brattle St. que se encuentran en Cambridge, cruzando el río. Sus primeros dueños fueron profesores de Harvard y lo que más querían era que sus jardines florecieran en la primavera. Hoy en día, estas mansiones les pertenecen a grandes representantes del mundo de la informática.

En los jardines se escuchan los ruidos de las sierras, los martillos y otras herramientas que aseguran la remodelación del lugar. Ya no es como en antaño, que los cantos de los pájaros era lo más hermoso que podía escucharse en estas mansiones. A pesar de los cambios, estas edificaciones aún conservan muchas de sus tradiciones.

Los primeros dueños lo único que deseaban era dar a conocer el lujo de estas inmensas construcciones. Aunque las portadas han sido pintadas recientemente, mantienen el lujo que las caracteriza. Debido a la gran importancia que posee, muchos escritores y otros intelectuales decidieron elegirla como lugar de trabajo y residencia.

Los más mencionados fueron: James Carrelll, John Updike, Robert Parker y Sue Millar. Hace algún tiempo, un libro de la ciudad de Boston propuso muchos lugares relacionados con escritores estadounidenses importantes. En Cambridge, Longfellow House; en Concord, Old Manse y Orchard House, donde vivieron Nathaniel Hawthorne y May Alcott respectivamente; y la cabaña reconstruida en Walden Pond, donde estuvo por un tiempo Henry D. Thoreau.

Es interesante recorrer las calles de Boston, porque casi todas tienen su origen en la historia de Inglaterra y en los primeros pueblos que visitaron los colonizadores. En su mayoría, estos eran puritanos que venían de la localidad de Lincolnshire, con la finalidad de imponer las costumbres de la época colonial. Según estudios, ellos fueron los primeros protestantes de este país durante los siglos XVI y XVII. Eran moralistas totalitarios, esa fue su característica principal.

Dos claros ejemplos son la vida de Benjamín Franklin y la rebelión del Boston Tea Party, en oposición a los impuestos que cobraba la corona de ese entonces. El turista puede ser parte de estos sucesos en su visita al Central Market, un lugar que data de 1826 y que revive todas las tradiciones de esa época. Inclusive, el programa de televisión “Cheers”, también da a conocer la peregrinación y las costumbres de los años coloniales.

El parque central Common es otro de los sitios perfectos para ser parte de las protestas que hasta hoy en día son tradición en Boston. Todos los años, en el mes de septiembre, se reúnen miles de personas con el fin de dar a conocer su opinión acerca de diversos temas. Se recuerda la movilización del año 2000 en contra de la legalización de la marihuana.

En la ciudad de Boston, las galerías de arte cobran un gran protagonismo. 


La mayoría de ellas están abiertas de martes a sábado, desde las 10 de la mañana hasta las 17 horas. Para recibir información más exacta, lo recomendable es que usted realice una llamada telefónica o averigüe a través de las páginas de Internet.

El Museo de Isabella Stewart Gardner se encuentra en el 280 The Fenway y está abierto de martes a domingo, de 11 a.m. a 5 p.m. El Instituto de Arte Contemporáneo dispone de tres horarios para el público en general. Está ubicado en 955 Boylston Street; los fines de semana, el horario es de 11 a.m. a 5 p.m.; los martes, hasta las 9 de la noche; y de miércoles a viernes, desde el mediodía hasta las 17 horas.

El Parque de las Esculturas y el Museo de Córdova se encuentran en el mismo lugar; en 51 Sandy Pond Road, Lincoln, Massachussets.

Ambos están abiertos desde las 11 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Usted puede llegar tomando la línea púrpura del MBTA desde la estación Porter Square hasta Lincoln, en coche o en un taxi. Los museos de arte de la Universidad de Harvard se ubican en la esquina de Quincy y Broadway en la localidad de Cambridge.

Todos abren sus puertas de lunes a sábados, desde la 1 de la tarde hasta las 5 p.m. y el costo de la entrada para los tres museos es de aproximadamente cinco dólares. Los miércoles y sábados hasta el mediodía, el valor es sin cargo alguno.

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